Pero quererte a ti. Quererte a ti es sencillo, tanto como pensar que las nubes se mueven, que mañana no llueve, y que estoy escuchando "buenas noches princesa". Tan sencillo como mirarte a los ojos y sentir que ya no hay males en esta tierra, que todas las penas se me escapan como la pelota de un niño. Es tan simplemente sencillo el saber que por muy lejos que estés, estás. Tan sencillo ver las cosas desde varios puntos de vista. La cuestión es hacer las cosas sencillas.
Lo difícil está en cuando piensas que no te quiere, y sientes como ese pequeño corazón se derrumba, pero entonces te das cuenta de que tiene la posibilidad de ser feliz, aunque sea sin ti. Y entonces, si él es feliz, ya no hay nada que temer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario