jueves, 22 de noviembre de 2012

Entre notas que denotan mi felicidad.

¿Nunca te has dado cuenta de lo que nos cuesta ser felices?

Con lo fácil que sería querer lo que uno tiene.
Pero no. Nosotros vamos siempre a por lo difícil, y así nos va.
Nos enamoramos de gente que está lejos; y no hablo de kilómetros. Queremos lo caro, lo complicado. Lo dejamos todo a medias, menos los cigarros y las botellas. Llenamos los vasos por la mitad cuando hay agua de sobra para llenarlos. Y nos conformamos con sonreír una vez al mes. Con ir enfundados en vestidos, vaqueros y zapatos con complejo de rascacielos. Hacemos demasiadas veces lo correcto, y dejamos los placeres para cuando sea tarde.

Imagínate darle la vuelta a todo.

Enamorarnos de nosotros mismos, y después del resto del mundo. Acabarlo todo; las sonrisas, las miradas, los besos... y que sean las botellas y los cigarros, los que se queden a medias. Que se salga el agua del vaso. Sonreír cada día, a cada hora. Ir en chándal y deportivas por la vida. Hacer algo que de verdad queramos, al menos una vez al día. Perder el miedo a las alturas, a la oscuridad, a la soledad. Reír como si no hubiera mañana. Soñar como si no existiera el presente. Sentir como si nunca te hubieran herido. Chutarte a felicidad, de esa que nunca entiendes de dónde viene. 



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