sábado, 31 de diciembre de 2011

Vendrán muchos, pero ninguno será igual.

Míralo. Ahí va, con su maleta, su sonrisa maliciosa y esa palabra grabada en la parte trasera de su camiseta azul marino; adiós. Anda despacio, aún le queda un rato para que llegue su tren, pero le cuesta mover la maleta, tantos recuerdos, tantas sonrisas, tantos llantos, todo junto, pesa. Yo le grito a lo lejos -¡Gracias!- y él me responde que porqué. ¿Porqué? Sinceramente ni lo sé, pero tu paso por aquí ha hecho mucho, y sí, al principio me pareciste un cabrón pero, trajiste a mi vida a personas que no cambiaría por nada en el mundo, me has enseñado mucho, y sí, lo he pasado que mal, pero paso de quejarme porque sé que puedo soportarlo. Si tú y ese nuevo huésped os encontráis, dile que se porte bien con el mundo, porque la felicidad escasea mucho por estas tierras. Supongo que ya no nos volveremos a ver, pero has sabido dejar la huella de tus zapatos en la entrada de mi mente, así que supongo que me acordaré de ti a menudo. Feliz viaje, querido 2011.


Ser realistas, pediros lo imposible.

-Lo que puede pasar es que te enamores, que hagas amigos, que te vuelvas a enamorar, que rías, sonrías, que sufras, que llores, que apruebes y suspendas, pueden echarte la bronca o halagarte cada día, puedes querer el sol, y que te tiren la luna a la cabeza.
+Pero no por eso voy a dejar de vivir, que tú no le encuentres sentido a todo eso no es mi culpa. Me he enamorado, o quizás no, no sé si ha sido de verdad, pero lo he hecho, y se sufre y se es feliz, he tenido amigos, y los tengo, y he perdido... bueno, cuando se pierde un amigo es que no ha sido tal, he suspendido, y mucho, y también he aprobado, y todo eso dependía de mí, casi todo en la vida depende de mí, en casos contados no se es feliz por que algo que no eres tú te lo impida, y es que yo quiero el sol, y la luna también, pero me conformo con verlos de lejos porque sé que de cerca son imposibles de ver. 


jueves, 29 de diciembre de 2011

Ser feliz aunque pueda fallar.

+ ¿Sabes? no llevo ni diez minutos fuera de casa y tengo frío, y no llevo ni dos horas despierta y ya tengo sueño. Aún no ha amanecido y me siento aquí a esperar a que anochezca. No me siento guapa y ni siquiera sé que quiero, no tengo claro ni el color de mis ojos, me olvidé de que eran distintos a el resto de ojos marrones; los míos habían visto cosas que el resto de ojos color avellana no habían visto jamás. ¿Me escuchas? Ni siquiera me importa si lo haces, yo te hablo, tú haz lo que quieras con mi voz, no me sirve de nada si no puedo gritar su nombre, más que nada porque no tengo un nombre que gritar. No sé a dónde voy ni de dónde vengo, cuando amanecerá, no sé ni que coño hago aquí, hablando contigo.


miércoles, 21 de diciembre de 2011

Soy la luz de las farolas que violan mi soledad.

No pido caminar con la perfección de la mano, ni pido una historia de cuento de hadas. Solo quiero ese alguien que venga por detrás a darte un susto, y te acabe susurrando al oído que te quiere. Ese alguien que no se avergüence de ti, que te presente a sus amigos diciendo un "chicos, es ella". Ese alguien que no permita que baje la temperatura de tus manos. Ese alguien que te de una razón para acostarte sonriendo. Él, el que rompa con la tradición de andar sola los 365 días del año.



domingo, 18 de diciembre de 2011

Los síntomas de soledad se le huelen a distancia.

-La primavera se ha quedado muda, el invierno se está asando y el otoño se ha quedado calvo. Le falta la voz, el frío y sus hojas. Una mezcla entre sobredosis de dolor de cabeza y corazón, falta de alegría y sentido a esta noche estúpida, más una grave anemia de amor. +Dicen que se muere, que se nos muere el verano, que el amor lo está matando, que no soporta, ni el querer ni el que no le quieran, doctor, ayúdelo, no quiero quedarme con el corazón helado.


viernes, 16 de diciembre de 2011

El amor es una escalera hecha de corazones rotos.

Tal tarde como hoy, de viento y marea con la que lucho, me he puesto a echarle un ojo a ese sitio, escondido entre millones páginas de internet. Me he fijado en que la chica que escribía, parecía una chica honesta, enamorada y a veces hasta tonta. Me he fijado de que había mucho escrito, 42 cartas diferentes que no empezaban por querido, sino que eran directas, atacaban al corazón disparando te quieros claros como el agua. Pero a pesar de la cantidad de palabras que me he encontrado entre pedazos rotos de un corazón, lo que más me ha llamado la atención ha sido que todas iban dirigidas a ti.


martes, 13 de diciembre de 2011

Cruzando el estrecho de Noah.

Tiene la puerta entreabierta. Enamorada otra vez, pobre niña incrédula, a penas dieciséis años, y ya conoce ese dolor. Tantos en esta vida, y en el siglo veintiuno, es la única enfermedad antiguamente antigua que no ha conseguido extinguirse. Ella escribe, piensa, llora, ríe. Y hay días en los que es él, él y nadie más, y otras en las que desearía que no fuera nadie. Tenerlo delante. La garganta se ahoga, los pulmones se cierran, y el corazón se para. Que tendrán sus ojos, dime, que tendrán para que consigan hacerla entrar en coma solo al mirarle. Quedamos a las séis pequeña, a ver si dejas ya de contar las veces que sonríes al pensar en el, vamos a dar un paseo en barca, a cruzar de nuevo el estrecho de Noah.


lunes, 12 de diciembre de 2011

Crónicas de un sueño.

Estaba sentada, en un banco, rodeada de ellos, se suponía que tenía que ser la persona más feliz de la faz de la tierra en esos momentos. Pues no ha sido así. Y la verdad, es que era completamente lo contrario. No era culpa de mis pequeños monstruos, para nada. Ganas de llorar. ¡Me falta él, coño! Joder, parece que solo me doy cuenta de que lo necesito cuando se va de mi vera. Joder, joder, joder. Sí, ya, y además digo tacos como si fuera una metralleta, lo siento, soy así. Te quiero, te quiero, y te quiero. Y yo no sé cuándo va a acabar esta tortura, aunque, quizás solo yo tenga la manera de pararla.
Y entonces salgo corriendo, todos detrás de mío, aunque yo no estoy pendiente de eso, tropiezo, me levanto, qué más da, alguien me grita de fondo, no hago caso, te quiero, yo sigo con la mía, y entro y lo busco con la mirada, no lo encuentro ¡¡joder!! ¿y ahora qué?, una voz en la otra punta, “es por aquí ” entramos. Todo lleno de gente, hasta los topes, sigo buscando, sin éxito, se apagan las luces, empieza, nada, bueno, en fin, qué más da ya, empieza la música. Es él. No puedo respirar. Como por inercia, me voy acercando al escenario. Gente que me grita que me agache, gente que me mira extrañada, otra que es indiferente, y otra que mira, enternecida. Antes de que me dé tiempo a darme cuenta estoy pegada a la segunda fila de la derecha. No me ve, no me importa, yo a él sí. Acaba. Aplausos. Ellos al fondo silban, él entonces se da cuenta, sonríe, y se hace a un lado, dejando paso a un hombre de traje de corbata barata y espantosa, que al parecer presenta el… espectáculo. Y entonces, como quien solo ve esto en las películas, salgo disparada, escaleras arriba, me subo al escenario, me doy cuenta de que ellos me miran fijamente, algunos con la boca abierta. Él no me ha visto. No tardará mucho. Hablo con el trajeado, le ruego robarle dos minutos, es muy importante, me disculpo y me cede el micrófono.
  
Una charla improvisada, perfecto, se me da genial, o como diría para mí en estos momentos, de puta madre.
Estoy nerviosa, la gente se va calmando, él se da cuenta de quién soy, creo que alucina, entre ellos susurran un ésta que hace, a pesar de que otros se lo pueden ir imaginando.
“Buenas noches”…tartamudeo “Bienvenidos, siento interrumpir, pero me ha surgido algo bastante… bastante… no me sale la palabra… digamos que me corre prisa, aunque no tiene el porqué. Sé que a muchos de ustedes les importará bastante poco lo que yo pueda contarles de mi vida, lo siento, no me alargaré demasiado. No tengo dinero, ni mis padres trabajo, soy una pésima estudiante, y no estoy buena ni soy guapa. Esto me corre prisa, porque ya no lo aguanto más, y la mayoría de los presentes… supongo, que más de una vez en su vida, se habrá enamorado, yo no voy a ser una excepción. Y se preguntarán, ¿Por qué ahora? ¿Por qué aquí? Si he pagado para entrar ¿Por qué ésta cría tiene que cortarme el rollo? De verdad que lo siento, sé que me repito, pero cinco meses se hacen duros ¿saben? En fin, he dicho que no me iba a alargar y ya lo estoy haciendo. A lo que iba.”
Cojo aire, creo que voy a reventar. “Tengo el placer de presentarles a un chico qué aparte de tener una voz espectacular, tiene una nobleza, inteligencia, y sonrisa dignas de admirar, y para ser sincera no soy capaz de hablar con él un día y decírselo a la cara, no. Me hace falta hacerlo complicado, interrumpir un espectáculo, subirme a un escenario, y aburrir a más de trescientas personas. Porque soy especialista en complicarme la vida.” Respiro hondo. Estoy más que decidida. Me giro hacia él. “Te quiero, y no voy en broma, y me da igual que tú a mí no, no me importa en absoluto, pero no quiero que pienses más que nadie te quiere o que el destino no quiere presentarte a tu Julieta, porque no me parezco ni en la forma de hablar, lo único en común que ella y yo tenemos, es que moriríamos por nuestro Romeo.” Las lágrimas empiezan a aparecer, estoy algo distanciada del micrófono, pero se me oye por todo el pabellón con perfecta claridad.
  
“Por importarme, no me importa nada en este punto, ya no me importa ni el suspender, y por supuesto me importa un pimiento podrido, lo que pueda pensar toda esta gente de mí. Te quiero, por encima de los peros, del dinero, por encima de mí. Muchas gracias por aguantarme ustedes también” Me cuesta hablar, estoy llorando. Ellos están en la primera fila. “Buenas noches… que disfruten del espectáculo” oigo que la gente grita un –oh- bastante tierno a coro, y cuándo me giro para mirarlo por última vez, lo tengo detrás, me mira fijamente, se le nota confuso, pero decidido.
Me mira a los ojos. “¿Me quieres?” hago una mueca de resignación “Eso creo”… me sonríe. No se oye una mosca. Los espectadores nos miran, como en el cine. Les faltan las palomitas. Ellos creen estar en un  sueño. No son los únicos. Es solo entonces cuando de verdad siento que voy a perder el equilibrio, y lo hago, pero me agarra por la cintura. Y me mira a los ojos. Y queda de película, pero lo más ficticio de todo es, que es real “Estás loca” vuelve a sonreír, sonrisa incrédula. Sigue siendo preciosa. “Eso me han dicho, aunque dicen, que por amor se hacen… grandes locuras” Ahora se ríe, entorna los ojos, yo le medio sonrío estoy derrotada, y seria, pero me tiene… colgando en sus manos, más bien en sus brazos. “Pues creo que te voy a devolver la locura” pongo esa cara de extrañada que solo me sale a mí. Su madre, presente en la cuarta fila, cuento que a 5 asientos del pasillo está como si viera la película de amor más perfecta “¿cómo?” y entonces, no termino de creérmelo. Se decide. Aunque antes de hacer nada me mira a los ojos. Me besa. Dios. O esto es un sueño, o es posible que tenga razón y esté loca.
-Alba, aaaaaaalba, ¡Alba! – Estaba como en trance, oh, qué extraña sensación, imaginaciones mías, típico. Vuelvo en sí, algo confusa.
-¿Qué te pasaba?
+ Nada, estaba dando un paseo por las nubes.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Si la vida da tantas vueltas, esta vez, quiero marearme a tu lado.

Eres lo más cercano a la desesperación, a la incomprensión, a la tozudez y estupidez de mi cabeza. Eres como ese dulce que al tragar se hace amargo. Lo más lejano a las palabras y a los insultos de mi voz. La mejor medicina después del chocolate y la peor droga sobrepasándolas todas. El mayor deseo de una corazón tonto y sinsentido, y la peor pesadilla de una sonrisa firme. Eres una mezcla entre los Beatles y el más fuerte heavy, el sol más abrasador y la lluvia más intensa. El mayor milagro sugerido a un dios, y el peor problema planteado a Einstein. Eres esa parte de mí que en los días de tormenta, busco, y me doy cuenta de que no está.


jueves, 1 de diciembre de 2011

No estamos enamorados, solo somos un puñado de locos inútiles esnifando te quieros.

Y qué si no quiero fumar porros, esnifar coca, o fundirme un paquete de Malboro en una sola tarde, no soy como vosotros, yo quiero chutarme de la droga más antigua y peligrosa que existe, de esa que con la misma droga curas la enfermedad que ella te provoca, esa que por mucho que te drogues jamás mueres de sobredosis, esa que crea dependencia aún sin probarla. Y qué si no quiero jugar al call of duty, al wow,  o al pilla pilla, no soy como vosotros, yo quiero jugar al único juego sin prohibiciones, al juego donde digan lo que digan si juegas haciendo trampas, pierden los dos jugadores, un juego de riesgo, de puro riesgo, donde siempre uno gana más que el otro. Y qué si no quiero salir en días de sol, entre semana, o liarme con el primero que pase, no soy como vosotros, yo quiero salir cuando haya tormenta y que la gente me vea desde su ventana bailar bajo la lluvia, ¿lo hago mal? ¿acaso ves que me importe? se llevarlo todo con alegría, y en cambio tú en los días así te encierras en tu casa para deprimirte. Y qué si no quiero hacer lo que me digan, lo que el resto haga, lo que me manden, seguir las normas, las reglas, las leyes, no soy como ellos, yo no las pongo, yo no las sigo, ¿soy anarquista?¿ves que me importe? hago lo que me da la gana, soy una paloma, libre, de decir hacer y reír cuando, porqué y como me de la real gana. 
Su mundo está lleno de drogas, sociedad, leyes, copyright, imposiciones, tormentas y depresiones. Mi mundo será él cuando tenga que serlo, seré yo cuando quiera serlo, sin leyes ni normas ni depresiones, serán tardes de tormenta bailando bajo la lluvia.