sábado, 31 de diciembre de 2011

Vendrán muchos, pero ninguno será igual.

Míralo. Ahí va, con su maleta, su sonrisa maliciosa y esa palabra grabada en la parte trasera de su camiseta azul marino; adiós. Anda despacio, aún le queda un rato para que llegue su tren, pero le cuesta mover la maleta, tantos recuerdos, tantas sonrisas, tantos llantos, todo junto, pesa. Yo le grito a lo lejos -¡Gracias!- y él me responde que porqué. ¿Porqué? Sinceramente ni lo sé, pero tu paso por aquí ha hecho mucho, y sí, al principio me pareciste un cabrón pero, trajiste a mi vida a personas que no cambiaría por nada en el mundo, me has enseñado mucho, y sí, lo he pasado que mal, pero paso de quejarme porque sé que puedo soportarlo. Si tú y ese nuevo huésped os encontráis, dile que se porte bien con el mundo, porque la felicidad escasea mucho por estas tierras. Supongo que ya no nos volveremos a ver, pero has sabido dejar la huella de tus zapatos en la entrada de mi mente, así que supongo que me acordaré de ti a menudo. Feliz viaje, querido 2011.


1 comentario:

  1. Es muy bonito lo que has escrito y la foto de la niña :) Me encanta tu blog!

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