miércoles, 5 de diciembre de 2012

No eres menos, eres más de lo que ves.

Te miras en el espejo, y te echas a llorar. 
Niña, tú no eres la talla de tu sujetador, ni los centímetros de tu cintura, ni la longitud de tus piernas. No eres ese pequeño vestido ajustado que no te entra, ni esos zapatos caros. Tú no eres ese piercing en el ombligo, ni ese aro en la nariz. No eres esas gafas sin cristales, ni ese par de kilos de más o de menos. No estás hecha de maquillaje, ni de alcohol. No eres la definición de aquellos con los que te acuestas, ni de esas fiestas sin final. 
Eres esa manera de sonreír, esa tierna mirada, esa risa estúpida y escandalosa. Eres el amor que le tienes a la música, a la almohada, a los animales. Eres aquellos que te quieren, esa gente que no sería capaz de vivir sin ti. Eres ese color avellana de tus ojos, ese tono rosado de tus mejillas. 
Recuerda que siempre serás más de lo que veas en el cristal. 
Sonríele y demuestra que siempre hay más de lo que se ve a simple vista.
Porque siempre habrá alguien para el que serás perfecta.


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