miércoles, 2 de enero de 2013

365 páginas más.

Coge un boli y un papel, y escúpele al folio todo lo que tu boca no es capaz de decir, todo lo que tus ojos no son capaces de llorar.
Cuéntale las noches que pasas en vela buscando porqués, soñando despierto, llorando imposibles. Cuéntale la de gritos que has ahogado, y te han acabado ahogando a ti. Cuéntale la de sonrisas que has escondido para que nadie sospeche, la de veces que has reido; simplemente, por reír. Cuéntale las tardes en la que querías escribir y no sabías qué, las tardes en las que la música aplastaba sentimientos de culpa, inseguridad. Cuéntale la de veces que has intentado escribirle todo lo que sentías, y las lágrimas han borrado la tinta, la de veces que has hecho una bola con el folio, sin querer aceptar lo que era verdad. Cuéntale. 
Pero ya que cuentas, cuéntaselo todo. 
Cuéntale también, cuántas veces has llorado de felicidad, cuántas veces has idolatrado a tu madre, cuántas veces has cantado en la ducha, cuántas veces has sido sincero, cuántas veces has querido a alguien, por cuántos amigos has estado dispuesto a luchar.
Y ahora que le has contado todo. Quémalo. 
Deja paso al resto de folios, que te quedan 365 páginas que contar.



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